17 oct 2009

De vuelta al ideal antiguo de la Kalocagatia

"El hombre es el conductor de un carro que arrastran dos caballos. Uno de ellos tiene alas y busca continuamente llevar al carro por el camino del cielo, que es de donde procede. El otro, aferrado a la tierra, de donde ha salido, clava en ella sus cascos, como garras. Es preciso que el auriga logre dominar estas dos fuerzas discordes, que sujete en sus manos estas energías contrarias y que, finalmente, obligue a los caballos a llevar el carro, sin sacudidas ni choques, hasta el final del camino de la vida".
LA REPÚBLICA, PLATÓN.

La kalocagatia es el ideal ético supremo en la educación ateniense de la antigua Grecia. Supone una síntesis entre ser bello y ser bueno. Bueno ("agathós"), es la idea moral, la conducta social, la virtud y la exquisitez. Bello ("kalós"), es la belleza corporal, el cuerpo animizado y espiritualizado. Kalocagatia (o calocagatia), por tanto, significa un refinamiento y ahondamiento del antiguo concepto de "areté", que enfatizaba el valor físico y la disciplina de lo militar. En la época clásica temprana existía ya un verdadero culto a la belleza física unida a a las virtudes intelectuales y morales; el modelo formativo dominante suponía que la elegancia del cuerpo garantizaba la armonía interior y viceversa. De ahí, que en un principio el ideal educativo lo constituía el buen gimnasta o el buen atleta. "No cesar de esculpir tu propia estatua" en palabras de Platón.

En el momento en que las letras y las ciencias se vuelven suficientes, aparece el antagonismo entre la cultura del cuerpo y la del espíritu, que perdurará durante siglos. Como escribe George Leonard en The Ultimate Athlete, la separación entre mente, cuerpo y alma ha sido un gran error del pensamiento occidental. Sus implicaciones llegan lejos, desde el aula de estudio a la sala de reuniones, del estudio al estadio: "los atletas suelen volverse insensibles y autoritarios; y los intelectuales suelen convertirse en cerebros sin cuerpo, ajenos a las consecuencias de sus pensamientos".

¿Cómo puede ocurrir esto cuando la mayor parte de educadores y sociólogos predican el ideal de vida equilibrada?

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