16 ago 2013

La palestra en Hispania, un patio para el ejercicio físico

Joven con clámide. Museo Arqueológico de Cartagena 
"Lucio Sulpicius, de la tribu Collina, hijo de Quinto, nieto de Quinto, aquí yace. Fue reconocido por la estima de muchos parientes, y destacó entre los suyos".


 Así reza una inscripción epigráfica funeraria en el Museo Arqueológico de Cartagena. "Destacó entre los suyos": parece que el antiguo ideal homérico del aristócrata competitivo, valiente y que sobresale entre los demás, pervive siglos después lejos de las costas griegas; el triunfo de la libertad individual y el culto a la mejora personal sigue latiendo en los confines del Imperio romano como parte de la herencia del pensamiento griego. Nunca deja de sorprendernos la cantidad de información que nos aportan los epitafios esculpidos en piedra de los sepulcros, testimonio incalculable de los valores y costumbres de una sociedad.

   Cartagena, la antigua Carthago Nova, no era una colonia más. Tomada por Escipión el Africano en el año 209 a.C, se convirtió pronto en una de las ciudades más importantes de Hispania, gracias a sus yacimientos minerales y especial posición geoestratégica. Una urbe que contó con un bullicioso foro, un enorme teatro y anfiteatro.

   Pasear hoy por Cartagena supone un increíble paseo en el tiempo. Es una ciudad que desde hace unas décadas ha empezado a desenterrar su pasado. Uno de sus rincones menos conocidos ofrece una visita muy interesante: el Barrio del foro romano, galardonado en 2012 con el premio Nacional de Restauración. Aquí encontramos las termas romanas, donde apreciamos las diversas salas y espacios para el esparcimiento, entre ellas, el gran patio porticado o palestra, dedicado al ejercicio físico antes de entrar en los baños.


  A continuación podemos ver algunas imágenes de estas instalaciones y la recreación de la palestra:


Palestra de las Termas de Carthago Nova (Cartagena, España) from ekejeiria


Recreación de las actividades en una palestra.
Serie "Campeones de Olimpia" (2004) en TVE.
    La palestra en el Imperio romano había quedado reducida a un pequeño espacio al aire libre, apéndice de las termas, a las que se les daba mayor importancia. Muy lejos quedarían aquellos gimnasios helenísticos dedicados al entrenamiento, la salud y la vida intelectual de las ciudades. En Roma prima el espectáculo del circo y el anfiteatro, el relax y la tertulia en las baños; sin embargo, las palestras siguen estando allí, constituyendo un valioso testimonio de los modos de vida, del culto al cuerpo y a la salud y de la continuidad en cierta manera de aquellos ideales griegos que defendían la individualidad y la competición para "destacar entre los suyos", como afirmaba la epigrafía del inicio. En la Hispania romana perviven majestuosas palestras junto a complejos termales públicos como la de Segóbriga (Cuenca) o pertenecientes a villas privadas en Itálica (Sevilla). 

 
Recreación virtual de las Termas de Carthago Nova



Para saber más:
- La palestra griega y romana
- Las termas romanas

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