Aristóteles pone la gimnasia al lado de la medicina, puesto que ambas persiguen el mismo fin: la salud. El filósofo propugna la búsqueda de un sano equilibrio entre el desarrollo del cuerpo y de la mente, destacando la importancia de la moderación: llega a detenerse en aspectos específicos y metodológicos de la gimnasia en función de cada edad, género y complexión física (Aristóteles prescribe ya ejercicios físico para mujeres embarazadas ("La Política" y "Ética a Nicómaco").
También critica duramente el insano entrenamiento y régimen de vida de los atletas, su excesiva especialización y sobrealimentación, que resulta especialmente pernicioso en el caso de los deportistas jóvenes (aspecto de actualidad reciente, anticipándose el filósofo en más de 23 siglos).
"El fin principal de la gimnasia es la educación de toda la juventud y no la de simplemente esa minoría de personas favorecida por la naturaleza"
ARISTÓTELES
También critica duramente el insano entrenamiento y régimen de vida de los atletas, su excesiva especialización y sobrealimentación, que resulta especialmente pernicioso en el caso de los deportistas jóvenes (aspecto de actualidad reciente, anticipándose el filósofo en más de 23 siglos).
"El fin principal de la gimnasia es la educación de toda la juventud y no la de simplemente esa minoría de personas favorecida por la naturaleza"
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