Las primeras crónicas de unos Juegos. Canto XXIII de la Ilíada

"¿Duermes, Aquiles y me tienes olvidado? Te cuidabas de mí mientras vivía, y ahora que he muerto me abandonas. Entiérrame cuanto antes, para que pueda pasar las puertas del Hades; pues las almas, que son imágenes de los difuntos, me rechazan y no me permiten que atraviese el río y me junte con ellas; y de este modo voy errante por los alrededores del palacio, de anchas puertas, de Hades. Dame la mano, te lo pido llorando..."
Canto XXIII. La Ilíada

Todos conocemos La Ilíada como el poema épico más antiguo de la literatura europea escrito probablemente por Homero hacia el año 750 a.C. Esta epopeya narra algunos episodios acaecidos durante el último año (fueron 10 en total) que los griegos asediaron la ciudad de Troya a orillas de Helesponto.
Pero pocos saben que la muerte del compañero de Aquiles, Patroclo, fue el motivo de la celebración de unos funerales inolvidables para honrar el alma del difunto: LOS JUEGOS FÚNEBRES EN HONOR A PATROCLO. Se trata de la primera crónica escrita de unos Juegos en más de 600 versos.

- En la competición de lanzamiento de jabalina (vv. 884-894), Aquiles la resuelve sin que se dispute, otorgándole el primer premio, una lanza de bronce, a Agamenón, en lo que parece un tributo a su reconocida habilidad.

- Tampoco se detiene mucho el poeta (vv. 793-825) en la lucha con armas . Temerosos por la integridad de sus paladines, los aqueos suspenden el combate cuando parece inminente que Diomedes va a herir a Ayante.

- Otro tanto cabe decir de la prueba de lanzamiento de disco -en realidad lanzan un bloque de hierro, que es el premio de la prueba- en los vv. 826-849, en la que, pese a su brevedad, el poeta tiene tiempo para comentar que el lanzamiento de Epeo provocó la risa de los espectadores .

- Por último hemos de mencionar la referencia al pugilato (vv. 651-99) como competición de relato poco extenso, pero en la que el poeta también se complace en una descripción realista y llena de vida. El pobre Euríalo se ve forzado a hacerle frente a Epeo, que, plenamente seguro de su superioridad, invita a salir a la palestra a quien quiera llevarse el segundo premio.

- En la carrera pedestre, Antíloco es el más joven, pero sus rivales, Ulises y, sobre todo, Ayante, son más rápidos. El triunfo se lo disputan esos dos y Ayante lleva las de ganar; pero Ulises invoca a la diosa Atenea, su protectora, y ésta hace que aquél tropiece y se dé de bruces con el suelo, llenándose la boca de los excrementos de los asustados bueyes sacrificados ante la pira de Patroclo.

- La prueba de tiro con arco consistió en acertar a una paloma situada en lo alto del mástil de una nave, sujeta a él mediante un cordel. Teucro, el arquero más diestro, omitió elevar su plegaria a Apolo y le dio al cordel, liberando a la paloma, la cual sin embargo cayó inmediatamente, abatida por un flechazo de Meriones, que sí le imprecó al dios.

- La carrera de carros tirados por cuatro caballos es la que se relata en primer lugar dentro de este canto XXIII y la que más extensión, acorde con su importancia, alcanza (vv. 262-533).

"Empezaron a correr desde el sitio señalado, y el hijo de Oileo se adelantó a los demás, aunque el divino Odiseo le seguía de cerca. Cuanto dista del pecho el huso que una mujer de hermosa cintura revuelve en su mano, mientras devana el hilo de la trama, y tiene constantemente junto al seno; tan inmediato aAyante corría Odiseo : pisaba las huellas de aquél antes de que el polvo cayera en torno de las mismas y le echaba el aliento a la cabeza, corriendo siempre con suma rapidez. Todos los aqueos aplaudían los esfuerzos que realizabaOdiseo por el deseo de alcanzar la victoria y le animaban con sus voces."

Canto XXIII. La Ilíada

Bibliografía: Quevedo-Blasco, Víctor J.